

Reconozco que, a pesar de estar en este mundo de la cocina, hasta hace bien poco era bastante despreocupada a la hora de hacer la compra, y a la hora también de cocinar. ¿Quién no ha tenido esa época?
Llevo ya, unos años independizada a cargo de mis gastos y mis compras, incluso caprichos. Y he de decir, que no me arrepiento de nada de lo que he hecho. Y ahora mas que nunca, creo que estoy empezando a comprender el "acto" de comprar. De no ir al supermercado y comprar lo que me apetece en ese momento, sino a comprar unos alimentos equilibrados para una dieta saludable. Y esque, animo a todos vosotros a nutrirse debidamente, pues vuestro cuerpo os lo agradecerá.
Os voy a escribir a continuación un capítulo de un libro que me estoy leyendo y que me llamó mucho la atención. Y aprovecho el momento para agradecer a todas aquellas personas que me están dejando libros de gran interés, de los cuales estoy aprendiendo mucho. Gracias.
Que tus alimentos sean tu medicina
-Alimentarse no es lo mismo que nutrirse:
A lo largo de los años he conocido muchas personas aparentemente "bien alimentadas", incluso "gorditos/as" que estaban desnutridos. Sí, son aquellos que comen muchos alimentos hipercalóricos pero pobres en nutrientes vitales, aquellos que comen en abundancia carne, pan, pastas, comida rápida, muy condimentada, azúcar, repostería, lácteos, etc. Estos alimentos no aseguran un aporte óptimo de vitaminas, minerales y oligoelementos, especialmente si son de la calidad mediocre que habitualmente se consume.
Por otro lado, los métodos de cultivo agrícola afectan negativamente a la calidad de nuestros alimentos. El objetivo, ahora más que nunca, es producir y producir, no importan las herramientas que se utilicen (pesticidas, fertilizantes químicos, aditivos sintéticos durante el proceso, etc.) aunque, además de intoxicar, jueguen con la genética o modifiquen la composición del terreno.
Por ejemplo, gran parte del terreno agrícola contiene muy poco selenio. Este mineral es un protector importante contra las enfermedades cardiovasculares y de cáncer. Diversas investigaciones han demostrado que quienes viven en regiones cuyo suelo posee un bajo contenido de selenio presentan un mayor riesgo de contraer cáncer, aunque consuman una dieta que incluya alimentos procedentes de otras zonas geográficas. A pesar de que el selenio, el cromo y el yodo son indispensables para la nutrición humana, no son necesarios para cultivar plantas sanas y casi nunca se añaden al suelo agrícola.
Con frecuencia, los alimentos se cosechan cuando aún están verdes y se dejan madurar durante su transporte, en el mercado incluso en el hogar. En consecuencia, no adquieren su completa dotación de los minerales y vitaminas, la cual aumenta considerablemente durante las últimas etapas de maduración.
Para llevar los alimentos a los mercados antes de que se pudran, los agricultores los recogen prematuramente, y los "maduran" artificialmente en un momento concreto para que parezcan frescos. Además, el transporte y el almacenamiento de los alimentos, ya sea en el mercado o en casa, hace que los nutrientes se deterioren. En tres días el almacenamiento frigorífico, las frutas y las verduras pierden cantidades importantes de vitamina C y todavía más en temperatura ambiental.
Los frutos secos pierden vitaminas A, C y E si se exponen al oxígeno y a la luz. Esto no significa que los alimentos almacenados carezcan totalmente de valor, sino que su bajo contenido de nutrientes hace que sea preferible consumir alimentos biológicos, vivos, frescos, con la menor manipulación posible, evidentemente más frescos en nutrientes vitales.
Nunca podemos estar totalmente seguros del contenido vitaminico y mineral de un alimento. Los valores en libros y tablas tienen un carácter orientativo, ya que la cantidad real presente en el alimento que se sirve puede oscilar hasta en mil veces con respecto a dichos valores.
Conclusión:
1º.- La industrialización alimentaria arroja serias dudas sobre la cantidad y calidad de los nutrientes vitales que contienen los alimentos.
2º.- La alimentación moderna, los alimentos procesados y el modo de cocinar reducen a mínimos el aporte de micronutrientes vitales, provocando subcarencias.
3º.- Es imposible conocer el contenido de los nutrientes descubiertos recientemente que están presentes en los alimentos, porque la tabla de alimentos no están preparadas para incluir estos elementos.
4º.- Con frecuencia resulta necesario un aporte adicional de vitaminas, minerales y oligoelementos de calidad, que de otra manera sería imposible proporcionar en cantidades óptimas.
...Y ADEMÁS EL ESTRÉS
El estrés, ya sea emocional, físico o causado por lesiones o enfermedades, agota los nutrientes del organismo, especialmente, la vitamina C, el complejo B y el zinc. Por otro lado, la vitamina B6 y el ácido pantoténico juegan un papel vital en la filosofía del estrés. La vitaminas C y E y el zinc favorecen la recuperación frente al estrés. Dado que el estrés forma parte de la vida cotidiana de la mayoría de la población de los países industrializados, la toma adicional de nutrientes debería incluirse, igual como la dieta sana y el ejercicio físico regular, en la profilaxis humana.
QUE TUS ALIMENTOS SEAN TU MEDICINA
Felipe Hernández Ramos
RBA integral
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